viernes, 25 de julio de 2014

“Hacer música con las palabras”


“La poesía tiene que estar al alcance de todo lector. Ahora parece que la poesía la tienen que entender los elegidos, los eruditos, no el común de la gente. Si es poesía poesía todo el mundo la entiende, sino es otra cosa”, así comienza esta charla con el poeta Aledo Luis Meloni. El próximo 1 de agosto cumplirá 102 años, asegura que no es lindo vivir tantos años y que la poesía se dio en su vida por añadidura. “La poesía le sugiere algo o le dice alguna cosa. La poesía emociona”, dice y advierte, “yo no he sido un poeta en el cabal sentido de la palabra, yo fui recogiendo lo que en su momento el alma sensible me dictaba.
 
Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


Estamos en la sala de su casa, rodeados de cuatros de otras épocas, Aledo Meloni siempre con una sonrisa urgente en los labios. Ahora me recuerda, me pregunta cómo anda mi pueblo y hace una pausa para escucharme. Después me cuenta que está muy bien de salud e invita a tomar algo mientras le anuncio que viene para hablar de poesía.


“No soy un especialista en poesía” – advierte. Piensa y rato mientras frota sus manos y se recuesta. “Hoy tenemos que tener en cuenta dónde estamos parados para hablar de poesía. Se amplió mucho la cosa y tenemos distintas corrientes literarias. Hay corrientes literarias que no coincide con las otras. En estos momentos la poesía está cambiando, no es la poesía de hace 60 o 70 años atrás, ahora no hacen rima, no hacen métrica, no se hacen esas cosas. La poesía está cambiando”.


Aledo se entusiasma y agrega, “cambian las cosas pero la belleza está en la poesía. Si la poesía no busca la belleza qué busca. Los autores si quieren narran tiene que hacer prosa, si quieren hacer música con la palabra tiene que recurrir a la poesía. Hace 500 o 600 años se estableció que la poesía era una métrica, medida, acentuada y rimada. Los grandes escritores, Quevedo por ejemplo, todos escribieron con estos elementos. Era una música. Ahora le han cambiado todo. Yo soy de la guardia vieja. Yo en muchas poesía he sacado la rima, pero no la métrica, la métrica es la música, cuando usted toca un chamame tiene un golpe que tiene que respetar, si usted no golpea como está establecido se le va al diablo el chamame”.


La taza de café llega y calienta nuestra mano. El frío se cuela por algún lugar de la sala. Aledo bebe y vuelve sobre la belleza en la poesía. “La poesía resume la belleza, si no tiene belleza la palabra, el conjunto de palabras, qué tiene. Si es una novela, narra, si un cuento, narra, si es poesía crea belleza. Si no hay belleza no sé si es poesía”.


- ¿Además de la belleza la poesía debe dejarnos algo?

 
Sucede que si usted lee un poema y no le deja un corno, eso no es poesía. La poesía tiene que golpear, con la poesía se siente algo, la poesía le sugiere algo o le dice alguna cosa. La poesía emociona. Ahora bien, quizás eso debiera ser la poesía. No pretendamos que la poesía sea una prosa que narre algo, son cosas diferentes. Pero si una poesía está escrita sin rima, sin métrica, sin nada, y todavía no tiene belleza en la palabra, será otra cosa.


- ¿Dónde radica el cambio que Usted menciona en la poesía?

 

Ahora se escribe de otra forma, en algunos casos usted lee y no sabe lo que escucha. Usted a veces no entiende, han dificultado la cosa. Porque pareciera que escribir poesía fácil que lo entiendan todos es poesía barata. Para mí no es así. La poesía tiene que estar al alcance de todo lector. Ahora parece que la poesía la tienen que entender los elegidos, los eruditos, no el común de la gente. Si es poesía poesía todo el mundo la entiende. Todos se pueden emocionar. Todo ha cambiado, quizás mi concepto está fuera de moda. Hoy ha cambiado todo. No sé si para bien. Pero todo ha cambiado.

“El alma sensible me dictaba”


- Usted dijo que ya no escribe más, ¿por qué?

 
Las musas son jóvenes, qué van hacer con un viejo como yo – resalta Aledo y suelta una sonrisa. Yo no he sido un poeta en el cabal sentido de la palabra, yo fui recogiendo lo que en su momento el alma sensible me dictaba. Es como si a usted le dictaran las palabras, si le dictaran los conceptos y las metáforas, es como si le regaran palabras y usted escribe eso. Si me decían a mí escriba sobre tal tema yo era hombre muerto, no podía. No me podían pedir que escriba sobre algo. La escritura en mi caso vino sola, en un momento usted se encuentra de buenas a primera con un poema, que está como sugerido, pero los grandes poetas no, Neruda escribía todos los días. Pero si hubiera escrito menos hubiera sido mejor.

 
- ¿Entonces Usted escribía inmerso en cualquier entorno?

 
Yo iba caminando por la calle y venía una idea, estaba en el bar y surgía un poema. En mi caso es así porque no he sido un poeta poeta. Los poetas escriben cuando se le canta, cuando quieren. Yo no escribía cuando quería, venía una idea y la tomaba.


 
- Volviendo al poeta que ya mencionamos, Pablo Neruda, él decía que los poetas tienen a alejarse de la realidad inmediata. ¿Usted se abstraía del entorno para escribir?


Yo estaba a mil kilómetros de lo que es Neruda, yo fui maestro, trabaje en el periodismo durante muchos años y la poesía surgió en mí como una cosa que se dio por añadidura. Fui maestro y trabajé en el periodismo, en mi caso la poesía fue naciendo y fui escribiendo, cuando se me ocurría anotaba, anotaba, siempre llevaba una libretita. Aunque usted no lo crea, y seguro no lo va a creer, yo un día quemé 70 libretitas que tenía de muchos años, donde escribía, venía una idea o algo y yo escribía.



- ¿Por qué quemó esas libretas?


Las quemé porque en principio las iba a tirar, pero preferí quemarlas. Ahí estaban los poemas que acerté y los que no acerté. Cuando usted escribe a veces acierta, a veces no, a veces hay que tirar. Creo que hay que tener un tacho de basura y tirar algunas cosas. No hay que publicar todo lo que uno escribe, si nadie lo obliga a usted a escribir, entonces tiene que publicar lo que usted cree que esta más cerca del blanco. Además eran borradores, pero yo he sido maestro, secretaria de la seccional de la escuela, trabaje en la prensa muchos años, corrector de diarios durante muchos año. La poesía se dio por añadidura en mi vida como un regalo.


- Usted ha manifestado hoy y en otras oportunidades que está a un costado de la vida. ¿Cómo es ese costado de la vida?


Le voy a contestar con algo que escribí hace ya algún tiempo.


Indiferente a mi lado
ahora pasa la vida
Me duele verla pasar
como a una desconocida. 


Sucede que los entusiasmos que tiene otros yo no los tiene, porque uno está en otra cosa, los pensamientos de uno ya están a la orilla, usted está casi sobre la línea, en cualquier momento se termina el carretel. Toda cosa tiene su tiempo. Las alegrías y las tristezas tienen su tiempo. Yo no estoy conforme con llegar a esta edad, me hubiera gustado irme antes, haberme ido antes hubiera sido lo mejor.
 
- ¿Por qué?

 
Sucede que soy como un hueso fuera de lugar. Si usted tuviera un hueso fuera de lugar, ese hueso le molestaría, no tiene que estar ahí ese hueso. Yo estoy en una reunión, hablan todos y yo no los entiendo, y generalmente no me interesa, porque son temas de la vida de los otros de los que casi no participo, no es lindo vivir tanto. Dicen que es lindo pero en mi caso no es así.


Vida y sueño


Hace apenas un año atrás se editó el libro “Vida y sueño. Poesía Total”, libro que reúne toda la poesía de Aledo Luis Meloni. Mientras escribía estas líneas hablamos con el escritor Martín Alvarenga sobre el poeta y el sostenía que “Aledo es la humildad hecha carne. No es que él sea humilde, la humildad es él. Creo que Aledo es el Juan L. Ortiz del Chaco, me atrevo a decir que está por encima de Veiravé”.


“Vida y sueño” editado por el Instituto de Cultura del Chaco y por Librería la Paz reúne los poemas, coplas y haikus publicados por Aledo Meloni. El poeta que nació en Buenos Aires el 1 de agosto de 1912 pero vive en el Chaco desde 1937. Hace poco cuando cumplió 100 años y una lluvia de medios visitó su casa alguien le preguntó si su longevidad tenía relación con haber nacido el día de la pachamama. El con esa sonrisa de niño en los labios respondió, “cada primero de agosto tomo caña con ruda, eso es una ceremonia. Pero sabe cuál es el único secreto, no haber muerto”.




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