Por paulo ferreyra
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El pasado jueves Jorge Suligoy presentó su nuevo material discográfico “Memoria de la Sangre”, obras del Paí Julián Zini. El encuentro tuvo lugar en el prestigioso Teatro Guido Miranda de la ciudad de Resistencia, Chaco. Minutos después de las 21.30 comenzó la velada con la aparición en el escenario de Jorge Suligoy y Julián Zini. Sobre los aplausos del público el Paí Julián expresó “Jorge querido, Qué bien le cae a este muchacho envejecido que soy, tu Canto enarbolado y flameando como un “¡Viva la Patria, carajo!”. Gracias, mi hermano, gracias, por tu canción, ese “avío del alma”, que rebrota en tu voz y en tantas otras, multiplicándose”. Tras esta palabras el músico misionero tomó su guitarra y cantó “Nuestros Sueños y la Distancia”.
Antes de la introducción del segundo tema aparecieron sobre el escenario Juan y Marcos Núñez, en bandoneón y guitarra. “Recuerden que hay otro avio que llevamos y que se llama identidad”, recitó el Paí Julián e interpretaron Avio del Alma. Después siguieron canciones como “La tierra no tiene dueño” y “verano en tu piel”. “Bueno voy hablar un poco porque estoy muy nervioso – expresó Jorge Suligoy. Este disco nació naturalmente como deben nacer las cosas buenas, y vamos a compartir estas palabras que no nacen de los labios sino del corazón”, resaltó.
Después el repertorio continuó con temas como “serenata a una muchacha” y “sin ti no me hallo”. Luego se retiró por un momento del escenario el Paí Julián y el bandoneón de Juan “Pico” Núñez se desató en algunos clásicos como “mi bien amada” y “la pulseada”, los aplausos y el sapukái del público maduró en la lluvia fresca. También hubo espacio para el tema que le pertenece a Jorge Suligoy como “Yo soy ese del sombrero”.
A la hora de tocar a “la casa del chamame” subió al escenario Néstor Acuña. Luego volvió el Paí Julián para hacer el cierre con los temas “niña del ñangapirí”, “que triste y que lindo”, “compadre que tiene el vino” y “Ramona Rosa Vallejos”. La noche comenzó a apagarse, el público seguía muy atento, sacaban fotos, había un gran silencio pero también jugaban los aplausos y el sapukái se colaba en la sala. El cierre fue con “chamamecero”, donde en los recitados el Paí Julián manifestó, “ya le pedimos al Papa Francisco que se toque la Caú en los velorios para que se levante el muerto. Yo me voy a levantar seguro y sé que acá unos cuantos se van a levantar”, tras lo cual siguió la aprobación del público.
Cerca de las doce de la noche se apagó una noche cargada de poesía y chamame, al público se lo vió feliz y ansioso de por llevar un disco. Jorge Suligoy firmó algunos disco mientras otras personas se iban en silencio diciendo gozosos, “tengo adobada el alma chamamecera”.
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