Abuelo

En esta sección compartimos un cuento de Hugo Orlando del Roso. El escritor nació en Formosa y realizó sus estudios secundarios en Misiones, en esta provincia cursó su estudio secundario. Su vocación íntima lo llevó a escribir primeramente, "Páginas de amor, angustia y soledad" y más adelante "Noche sin estrellas" , "Sol a pique" y "Más cuentos cortos para el niño triste".  Este cuento “Abuelo” fue publicado en la ciudad de Resistencia en 1979.


Abuelo

Abuelo, abuelo, sin hacer ruido abuelo. Levántese que terminé la pandorga, vamos a remontarla. Qué siesta ni qué calor. . , abuelo, me extraña, si está nubladito y sopla un lindo viento del norte. Va a subir fenómeno el barrilete. -Le puse una tira de bramadoras que van a meter cualquier ruido. ¿Andará con hilo dieciséis abuelo o vamos a usar el ovillo de piolín? ¿El hilo dieciséis? Bueno, meta, si usted lo dice, el hilo dieciséis.

Mídale el barbijo abuelo a ver si lo saqué parejo. Y la cola abuelo, no será poca. Consiga más trapo si quiere abuelo. ¿O le atamos una ramita? Y la sobre cola está bien.

Bien. Todo al pelo entonces.

Al baldío abuelo, a la canchita, sin hacer ruido que después se arma lío. Pero así en chancletas no va a poder, qué le cuesta calzarse las alpargatas.

Lindo el vientito, pero me parece un poco fuerte para el hilo dieciséis.

Guarda Abuelo, ande con cuidado, no ve que se enrieda el hilo en los yuyos, ésa es la macana del hilo dieciséis, se enrieda de nada.

Bueno, yo lo sujeto y usted lo remonta. Lo llevo lejos así no necesita correr, no le vaya pasar como la vez pasada que se me fue de culo al suelo. Pero ya sabe Abuelo cómo es la cosa: aflojar lento y recoger rápido, hasta que agarra el viento de arriba y se va solo.

Listo... ¡Ya! ¡Recoja abuelo! ¡Afloje Abuelo! Bien che, ahí va al pelo. Bien Abuelo, se pasó, cualquier cantidad. Qué calidad, eh Abuelo.

Me da que lo tenga un rato. Caracho digo qué tirante.

¿Aguantará el hilo dieciséis, che?

Le metemos un "telegrama" abuelo, listo, meta. Aaah, mire como sube Abuelo, .qué kilo. A ver, para quién el telegrama.

Ya sé, para la Nona. Qué hay Abuelo, para la Nona le dije. A la pucha que se puso fuerte el viento, aflójele Abuelo. ¡Abuelo! no me oye ¡Aflójele! Qué le pasa Abuelo que no me escucha, en qué diablos está pensando. Afloje, afloje que se suelta...¡la gran pucha!, se soltó. Le dije que aflojara. Abuelo chambón, siempre me hace macanas.

No se vaya, espéreme aquí que yo lo corro. Qué viento del diablo, qué lejos lo lleva, y yo le dije al Abuelo para poner el piolín en vez del dieciséis. Pucha digo, se va derecho a los cables de la luz... Y se ensartó nomás. Chau pandorga que duró tan poco. Abuelo chambón, ya no sirve para nada.

Sabe qué, abuelo. Mañana voy a hacer una de cinco varillas bien finitas y un poco más chica. Pero le vamos a meter el piolín, porque el hilo dieciséis no sirve, ya se ve. Y además usted me chamboneó abuelo, le dije que le afloje y se quedó abriendo la boca, No es por la pandorga, total, qué le vamos a hacer. Pero justo cuando le pusimos el mensaje para la Nona. ¿Qué hay abuelo?, se siente mal, Pero qué dije de malo, no me haga caso. Macana que usted tuvo la culpa. Se cortó y se cortó, qué le vamos hacer. Palabra abuelo le digo, no me cree abuelo. Le juro... por la Nona le juro abuelo.

***

Ahí, ahí, meta cuchillo. Pucha que está lerdo abuelo, otra lombriz que se nos va. Guarda con el tarro. Listo, vamos ¿Y su gorra abuelo? No, usted está loco que se va ir así, con la pelada al aire en este sol rajante. No, está loco, espere que yo le traigo la gorra.

No encontré la gorra abuelo, pero le traje este sombrero de paja que usaba antes, cuando trabajaba en la huerta. Uyyy qué risa, parece un "carrero caú". No mentira abuelo, te queda fenómeno, al pelete le queda.

Pucha abuelo, revolvió toda la bolsa, mire cómo se enredaron las liñadas.

Ahiii pica. Plin, caja, otro al buche. Qué paliza abuelo, yo tres bagres y usted ni medio.

Pero cómo a mí me pican a cada rato y a usted nada. A ver, recoja, vamos a revisar los anzuelos. No le dije, vacíos. Así cómo va a picar. Pero usted se me duerme, así no vale. Usted no pesca, está bañando las lombrices, atienda más abuelo. Deje, deme un rato, yo le voy a ensartar bien ensartadas las lombrices.

Yo cinco bagres y usted sapo. Cinco a cero, qué papelón abuelo.

Eaeeh, abuelo dormido, que está picando, mire que corrida, parece de patí. Espere, no te tire, déjelo Ilevar. Deje, deje... Ahora sí, se ensartó. Bien por el abuelo, campeón de pesca. Tráigalo despacio, no, no se me apure. ¿Tira fuerte?; a ver.

Madona que tira lindo, un patí por lo menos como le dije. Guarda abuelo, con cuidado que el patí es mañero y blando de boca. Así, así, tranquilo pibe. Ahí ya se le ve el lomo, ojo ahora, Cuidado que empieza a saltar, déjelo que lleve otra vez. Dejeló, dejeló que lleve, no lo tironee que se le va a romper la boca. Cuidado abuelo. ¡No!, así a los saques, no. Pucha digo, se me abatató, a ver si lo ayudo. No, no tan rápido, cuidado ese tirón, cuidado, cuidado, nooooo.

Y no le dije, se le fue. y era un patí así de grande por lo menos.

Abuelo chambón, ya no sirve para nada. Diga que no está la Nona, si no sabe cómo se iba a burlar. Se acuerda aquella vez que se desmoronó la barranquita en la boca del riacho y usted se fue de panza al agua. Cómo se rió la Nona, nadie se reía como ella, parecía una campanilla cuando se reía. Qué risa contagiosa que tenía, se acuerda abuelo.

Qué le pasa abuelo, no se vaya poner triste por un miserable patí que se le escapó, le pasa al mejor pescador. No me haga caso porque le dije abuelo chambón, si sabe que no es cierto. Dé gracias sí que no estaba la Nona, Ella sí que lo iba a cargar, se iba a reír hasta reventar. Alégrese abuelo, dé gracias que no está la Nona...

***

No haga ruido abuelo, pise con cuidado. Guarda esa rama. Fíjese que allí hay barro. La pucha, y eso que le avisé, metió nomás la pata, Mire, sus alpargatas Iimpias quedaron a la miseria. Uyyy, qué regia torcaza allí en esa rama. Es mía pibe, enseguida te hago sonar mi alma. Quieto por favor abuelo que yo me arrimo un poco más así la aseguro. No se mueva le digo, espere allí. La gran pucha, no tenía otro momento para toser, justo cuando la tenía a tiro me la vino a espantar.

A propósito abuelo, hay un montón de bodoques rajados, son los que usted hizo. Sabe por qué le salieron rajados, porque mezcló lodo colorado con tierra negra. Sabe por qué. Porque usted siempre quiere saber mejor las cosas. Y no solamente por eso se le rajaron. Los dejó olvidados como siempre y entonces les dio el sol. Si usted sabe bien que cuando se secan al sol se rajan. Pero usted es caprichoso abuelo y siempre quiere tener razón, ya ni bodoques sabe hacer como la gente. Uyyyy, mire allí, otra torcaza. Esta no la podemos perder, así que por favor abuelo no se me vaya a poner a toser sobre la hora.

Queee dice abuelo, que le quiere tirar usted. No, está loco, usted se me piantó compañero. Se va a romper los dedos a bodocazos y la torcaza se va morir de risa.


Bueno está bien, dése el gusto, tome la honda. Y metalé con un bodoque de los buenos, no como esos rajados que usted hizo.

Bueno, yo me quedo quieto y usted arrímese sin hacer ruido. Pobre abuelo, le va errar por una legua.

Ahí nomás abuelo, bueno metalé ya, no se arrime tanto, total es lo mismo.

Bueno, abuelo, ahora o nunca, metalé le digo. Capaz que en sus narices. Metalé abuelo sacúdale de una vez que se vuela. ¡Listo! Nooo, no lo puedo creer, le dio. Bien por el abuelo campeón. El abuelo para todo et mundo, cagó fuego la paloma torcaza.

Abuelo... Se me engrupió ¿eh? Le chantó a la torcaza. No se me haga el interesante, en qué va pensando, déme bolilla abuelo. Vamos, que no es para tanto, cualquiera va creer que nunca cazó una torcaza.

Dé gracias sí que no está la Nona. Se acuerda que la Nona no quería que les matara a las torcazas. Si estaba la Nona y se enteraba que mató una torcaza le iba a sacudir unos buenos alpargatazos, como me sacudió una vez a mí, bajándome los pantalones y bien en el culo.

Qué le pasa abuelo. No, no tire la torcaza, demelá a mí que la llevo a casa. De qué vamos a tener miedo si la Nona ya no está.

***

Soñé con la Nona. Qué bien que la vi, como si estuviera viva. Soñé un montón de cosas. Cuando la Nona se iba al mercado con el bastón de tacuara y la bolsa de lona y peleaba hasta por los cinco centavos del perejil.

Soñé con la perra de la Nona, que la seguía a todas partes. Hasta a la iglesia. Me acuerdo una vez que el cura la pateó a la perra de la Nona y la Nona casi te pega un bastonazo al cura.

Soñé cuando la Nona me dio treinta guitas para comprar una pelota de goma. Pero cómo me hizo sufrir para dármelos. Me hizo rezar todo un rosario. Menos mal que eran los Misterios Gloriosas, mucho menos aburridos que !os otros. Y además le metía trampa con los avemarías. Pero esta vez en el sueño era la Nona la que hacía trampa guiñándome un ojo.

Soñé con los caramelos de menta llenos de pelusa que la Nona me daba de tanto en tanto, y creo que les sentí hasta el gusto.

Soñé que la Nona no se había muerto, y cuando me desperté sobresaltado la vi cruzar por el patio, con su figura chiquita y encorvada, su pollera larga y negra, su bata blanca y su mantilla también negra. Me agarré flor de julepe y me tapé todo porque era de noche, estaba oscuro y no sabía si la Nona vivía o se había muerto, o si era un fantasma de la Nona.

Después me agarró unas ganas bárbaras de mear, pero no me animé a levantarme y me meé en la cama.

Le iba a contar al abuelo que había soñado con la Nona, pero esa mañana amaneció enfermo y no me dejaron que lo molestara.

Después me mandaron de viaje.

***

Debe ser otoño. Es inútil, pero no puedo explicar cómo es el asunto. Sin embargo lo siento aquí, en la garganta. Por qué será que cuando uno es chico no tiene noción del tiempo, del que pasó, del que es, y del que falta para alguna cosa.

Menos mal que pronto llego y entonces de nuevo con el abuelo la cosa va a ser distinta.

Cómo lo extraño al abuelo. Pobre abuelo, tanto que lo retaba, no era justo, nunca más lo voy a retar. Cuando íbamos a pescar, abuelo chambón. Cuando remontábamos barriletes, abuelo chambón. Cuando íbamos a cazar con la honda, abuelo chambón. Y que no servís para nada abuelo. Macana que no va a servir, yo decía nomás, pero no vale. Yo sin el abuelo me muero.

Qué raro está el tiempo, no me gusta, me asusta un poco. Esas nubes alargadas parecen la ropa de una bruja.

No me gusta el sol anaranjado. Desde cuando el sol es anaranjado, nunca lo había visto así.

Qué extraños están los árboles, todos sin hojas, parecen esqueletos. Será porque es otoño. ¿No? Es invierno entonces. ¡Qué se yo!

Qué distinto sopla el viento, desde la ventanilla del tren lo noto. Levanta remolinos chiquitos de tierra y hojas secas. Parecen enanos los remolinos, pero enanos malditos que se ríen de mí. Por qué se ríen de mí los enanos, por qué se burlan, enanos del diablo.

Suerte que llegamos. Después de la curva, ya está la estación. Qué alivio ver de nuevo el paisaje familiar y querido. Eeeeh, abuelo, dónde va para el lado contrario, no ve que yo estoy llegando.

Abueloooo, por lo menos espere que pare el tren y lo alcanzo.

Por qué corre para el otro lado el abuelo, por qué se escapa con el sombrero de paja, la pandorga, la liñada y la honda. No se vaya solo abuelo, espéreme. Juntos como siempre.

No me haga caso cuando lo reto si es en broma, si usted

me falta yo me muero abuelo... se me pierde, por favor, atájenlo al abuelo.

No, no puede ser. ¿Y el abueto7 ¿Se fue? Y se fue nomás. Abuelo falluto, abuelo chambón. Dé gracias que no está la Nona.

0 comentarios:

Publicar un comentario